jueves, 3 de enero de 2019

Ferrata Ermita de la Virgen

La vía comienza con una rápida subida, muy bien equipada, que va dificultándose al ritmo que empieza a ladear hacia la izquierda. Pasado esta primera parte, la vía continúa con cadenas y su siguiente ascensión vertical transcurre por una prominencia de la roca o lo que es lo mismo por un espolón, el que da nombre a la vía ferrata del Espolón. El resultado es una impresionante subida que deja al ferratero sobre el vacío en una ascensión de unos 8 metros. Esta subida, sin mayores dificultades que la sensación de altura, termina en un pequeño plano donde se puede descansar. Es el mejor momento para disfrutar de las vistas, enfrente vemos el barranco de Andrebot y en el lado opuesto el Mascún Superior y La Cuidadela, además de las paredes usadas por los escaladores que se atreven a subir hasta en la más imposible de ellas.
Sólo queda un último tramo, que sin dificultades nos lleva hasta la cima donde se encuentra la ermita de La Virgen del Castillo.
















































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