domingo, 26 de octubre de 2014

Polituara

- Desde parking (una entrada a la derecha, pasando la ermita de Santa Elena) al deshabitado pueblo de Polituara: 20 min.
- Desde pueblo dar vuelta para coger camino que baja al espacio de multiaventura: 10 min.
- Fin en ferrata de Santa Elena: 45 min. (con parada para comer)



Hoy me llevan a descubrir un nuevo pueblo abandonado y un espacio natural multiaventura! Creo que me lo voy a pasar genial!


Para empezar, en el pueblo me encontré con muchisimas ocas y un perro que nos persiguió hasta que marchamos. 





Cuando vi el puente tibetano para comenzar la multiaventura, bua! me puse contentisimo!



Una vez que nos pusimos el arnes y las lineas de vida, papá pasó el primero y luego mamá me acompañó.




Fue super chulo pero me pareció cortito. Aún nos quedaban más cosas por ver...

Por el camino había carteles que indicaban tipos de plantas y árboles...


 Y más puentes cruzando el río!



También vimos escondites de militares de la guerra! 


Y acaba el camino en la ferrata que hice hace unos meses y que tanto aire hacía!


Mientras papá va a por el coche, nosotros nos quedamos descansando en un "iglesia pequeñita" que hay cerca de la carretera. Ya estamos pensando en la siguiente aventura...


lunes, 13 de octubre de 2014

Cueva de la Mora

Tiempo de subida: 55 min
Tiempo de bajada: 40 min

Este es el relato correspondiente a la Cueva de la Mora, situada en término de Aquilué, cerca del santuario de la Virgen de los Ríos, en la margen derecha de un barranco.

Se encuentra en el término municipal de Aquilué, lugar de Caldearenas, provincia de Huesca. Su caserío se encara ya con los Pirineos. Al frente se alza la sierra del Salvador y, abajo, al fondo, discurre el río Matriz, que es más bien arroyo.

El propio Enrique Satué la visitó en 1979. Se encuentra casi superpuesta a la resplandeciente ermita jesuística, sobre el arroyuelo que baja de la Sierra de Bonés. Se accedía indistintamente por dos oquedades paralelas. El relato dice: "Después de reptar cuatro metros, dimos con dos salitas comunicadas entre sí, de unos nueve metros cuadrados cada una. De verdad que imponía estar allí".

La cueva sirvió de refugio a una bella sultana mora de gran belleza,cuyo nombré. se ha perdido con el paso del tiempo. Se supone que la sultana mora buscó aquel refugio para esconderse, al saberse perseguida por los suyos debido a que se había enamorado de un cristiano.

Todos los días , subía a peinar a la sultana una mujer de Casa Larrede. Para tal menester utilizaba un peine de oro. La peinadora tenía fama de bruja y recibía pepitas de oro como pago. Sólo una condición le ponía la mora: que jamás debía volver la vista hacia la cueva cuando regresara al pueblo, de lo contrario perdería el oro. 
Pero un día la montañesa notó los pasos de una vaca a su espalda, se volvió y se quedó sin su riqueza. Luego, en Casa Larrede nunca dejaron de producirse extraños ruidos por la noche, de manera que el silencio sólo se recuperó cuando llegó la luz eléctrica.