miércoles, 28 de diciembre de 2016

Bulnes - Asturies

Hasta hace bien poco tan sólo se llegaba a Bulnes por un sendero serpenteante, tallado entre rocas de extraordinaria belleza. Solía existir un tráfico escaso de humanos y mulas con víveres y enseres, también el correo recorría habitualmente este trayecto. Una ruta que apenas tenía función alguna en invierno, cuando quedaba oculta entre la nieve y se precisaba de un helicóptero para alguna que otra urgencia o necesidad vecinal.

Funicular a Bulnes

Ahora, al que fuera último pueblo sin acceso rodado de Asturias se puede acceder bajo tierra en apenas siete minutos. Esto es posible gracias a los servicios de un funicular que se mueve a unos 22 kilómetros a la hora por un sistema de tracción por cable sobre vía.
Un remonte costoso y controvertido que para muchos ha significado la ruptura del aislamiento tradicional de Bulnes, y para otros una inversión desafortunada y negativa para el medio ambiente y las costumbres sociales del entorno. Desde que comenzaron las obras en 1998, el funicular ha estado envuelto en polémicas y protestas, incluidos recursos judiciales por parte de grupos ecologistas. Todas estas disputas parecen haber finalizado, para bien o para mal, con la puesta en marcha del nuevo transporte. Bulnes ha quedado a tan sólo dos kilómetros de distancia de la localidad de Poncebos, unido por un túnel subterráneo que atraviesa la Peña Maín. La obra ha costado la friolera de 12 millones de euros.

Qué ver en Bulnes

Polémicas a un lado, Bulnes merece una visita por muchos motivos, sea en funicular o a pie. En la aldea se respira una atmósfera inusitada, una realidad rústica en la que apenas se dejan ver una decena de vecinos, y un buen número de casas asturianas, muchas en ruinas, incluida su parroquia. El pueblo que ahora ve reforzados sus servicios turísticos goza de algún bar popular, que no populoso, donde comer una buena fabada y algún que otro alojamiento para pasar la noche.
Hace tiempo había en las inmediaciones un lugar de acampada donde solían acudir los amantes de la naturaleza y también los del riesgo, pues Bulnes sirve de antesala al famoso Pico Urriellu (Naranjo de Bulnes), un reto clásico para alpinistas de toda la península. El pueblo está encaramado a unos asequibles 649 metros de altura, pero circundado por cumbres poderosas de 1.600 metros de altitud. Las nuevas posibilidades de alojamiento, y alguna comodidad extra predisponen ahora a otro tipo de estancias más cómodas a las que aquí no vamos a quitar ni méritos ni motivos. Simplemente es el deseo de Desdeasturias.com, como el de muchos otros asturianos amantes de la zona, que el uso y disfrute de este enclave natural conlleve en todo momento el respeto a sus pobladores y al hábitat existente. No se debe pasar por alto que esta aldea, en la que llegaron a vivir más de 50 personas, fue fundada por pastores que un buen día decidieron vivir permanentemente en este lugar, renunciando a demasiadas cosas. De esta forma no se puede llegar a Bulnes de forma irrespetuosa, rompiendo una forma de vida asumida por los montañeses, ni maltratando un paisaje que ellos cuidaron durante décadas
Y hasta allí nos vamos de excursión con güelito y güelita!! Y Vega, estrenando mi mochila, esa que ha tantos sitios me ha llevado!! Ahora le toca a ella!! Y parece que le gusta!!



Amanece en Poncebos... como siempre, gente, mucha gente... Unos a la ruta del Cares, otros al funicular, otros simplemente a disfrutar del paisaje y nosotros a la Canal del Texu, que nos subirá a Bulnes.


Un camino apto para todos y que no requiere preparación fisica, pero que se lo hay que tomar con calma al ir con crios. Desde el puente de la Jaya y hasta el pueblo de Bulnes habremos ascendido más de 400 metros de desnivel, con pendientes que llegan a alcanzar el 18%.



El río separará las moles naturales del Murallon de Amuesa y la Peña Maín. No parece diciembre...









Y entre descansos y comedias, vamos caminando los 4 km que nos separan del pueblo.





Ya llegando, lo primero que veremos será Bulnes de Arriba, unido por el mismo camino a Bulnes de Abajo. Son dos barrios que también son conocidos como el Castillo y la Villa.









La entrada a la Villa la realizaremos por su cementerio y la derruida casa rectoral. En un lateral del cementerio encontraremos la capilla que guarda la Virgen de las Nieves, la patrona del pueblo a la que se dedica la fiesta a principios de agosto.



Un arroyo deja dos partes simétricas de la aldea a ambos márgenes: viviendas, albergues, alguna tienda bar, tenadas y cuadras. Las callejas tienen un firme natural, son calizas igual que la montaña, lo mismo que los muros que cercan los prados.



A 10 minutos más desde el pueblo, podemos subir al mirador con vistas al míticu Picu Urriellu. 



Respirar y sentir que estas en casa...




sábado, 10 de diciembre de 2016

Bergosa

Bergosa es uno de los pueblos deshabitados situados en el valle de la Garcipollera. En 1966 se cerró para siempre la última de sus puertas.
Desde aquí arriba, hay unas vistas espectaculares hacia Castiello a un lado, y hacia Peña Oroel al otro.
Cada casa tiene su nombre, supongo que el de su dueño, y han recuperado lo que era un antiguo pajar para celebrar cada 29 de noviembre San Saturnino, haciendo honor a su Iglesia.

Hasta allí nos fuimos nosotros de excursión. Yo ya había estado con Erik cuando eramos muy pequeños e íbamos los dos en la mochila! Y como dato que a mamá le hace mucha gracia, Erik sigue llevando el mismo gorro que nos había comprado iguales a los dos, a día de hoy!! Erik, que nos hacemos mayores!!